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En el fascinante mundo de la Educación, las relaciones digitales se erigen como un lienzo vibrante, donde la innovación y la creatividad son los pinceles que dan vida a nuevas posibilidades. Debemos atrevernos a explorar estrategias y actividades audaces, incluso si eso significa tropezar en el camino; esta valentía será reconocida y apreciada por nuestros estudiantes, quienes buscan inspiración en cada rincón de su aprendizaje.

Este espacio es un organismo vivo, en constante evolución, pero si aún no encuentras la chispa que encienda tu curiosidad, no dudes en contactarme; estoy aquí para colaborar y aprender a tu lado en esta travesía educativa. 

A pesar de que algunas disciplinas y sectores pueden privilegiar el trabajo individual sobre el colaborativo, la investigación ha demostrado que el aprendizaje en conjunto tiende a ser más enriquecedor. La implementación de dinámicas grupales puede resultar beneficiosa en todos los niveles académicos y en cualquier programa; la clave radica en identificar lo que resuena contigo, con tus estudiantes y con la esencia de la disciplina que impartes. El trabajo en equipo debe alinearse con las expectativas de los estudiantes respecto a su futura vida profesional, no sólo para facilitar la conexión, sino también para fortalecer su compromiso. La participación activa en grupos conlleva una serie de beneficios y es esencial encontrar formas de integrar esta metodología en cada curso, creando así un ecosistema de aprendizaje dinámico y colaborativo.

Independientemente de la materia que se imparta, es probable que nos enfrentemos a cierta resistencia de los estudiantes cuando se presenta un proyecto de trabajo en grupo. Puede que escuchemos algunos suspiros y quejarse, o incluso, cuestionar la validez de nuestros métodos.

Para asegurar el éxito en la implementación de este tipo de actividades, tanto estudiantes como profesores debemos adaptarnos. Es recomendable comenzar de manera gradual, desde el principio del semestre. Al incorporar pequeñas actividades colaborativas en cada clase, una asignación grupal posterior parecerá menos desalentadora para los estudiantes. Para facilitar el camino hacia el éxito en el trabajo grupal, a continuación se presentan cuatro ejemplos de actividades que suelo utilizar en mis cursos para fomentar la colaboración estudiantil, muchas de las cuales son "de bajo riesgo", o no calificables, ideales para suavizar la resistencia inicial.

1.- Trabajo grupal: Creación

Una excelente manera para que los estudiantes demuestren su conocimiento es recuperar y sintetizar información. Esto se puede lograr colaborando con los compañeros para crear algo nuevo: una pieza escrita, una canción, un programa informático, un código, un folleto, o una infografía. Muchas evaluaciones ya están diseñadas para promover la creación de algún producto, por lo que, modificarlo para convertirlo en un proyecto grupal del Aula en 3D, debería ser sencillo. Aunque los estudiantes pueden completar estas actividades de manera individual, la colaboración les permite practicar habilidades que serán necesarias en el entorno laboral.

2.- Trabajo en grupo: Investigación

Los estudiantes pueden trabajar juntos para investigar una pregunta y presentar sus hallazgos a la clase. Pueden buscar, o recopilar información en la Escuela a través de una encuesta informal. De este modo, los estudiantes contribuyen a la generación del contenido del curso y lo presentan a sus compañeros. Los estudiantes también pueden formular sus propios problemas, o estudios de caso, utilizando el contenido del curso y/o fuentes externas.

3.- Trabajo de grupo: Crítica

En una actividad de crítica, los estudiantes deben aplicar sus habilidades de conocimiento y resolución de problemas, especialmente si la crítica debe incluir soluciones consensuadas por el grupo. Los estudiantes no solo identifican problemas, sino que también analizan las causas potenciales y proponen soluciones. Por ejemplo, un profesor de soldadura podría crear uniones defectuosas para que los estudiantes las examinen, o utilizar trabajos previos de los estudiantes en piezas de metal de práctica. Prácticas similares son viables en muchos campos: escritura (gramática o prosa), filosofía y pensamiento crítico (conclusiones lógicas, hipótesis, o ética), programación (solución de problemas, o mejoras). Las evaluaciones entre pares (por ejemplo, de una presentación oral), o la edición entre pares/grupos también son ejemplos de crítica.

4.- Trabajo con grupos: Juegos y más...

Otras maneras de involucrar a los estudiantes en la colaboración y el trabajo grupal incluyen la incorporación de juegos multijugador, que son excelentes para revisar contenidos (véase, por ejemplo, la plataforma gamificada de educación ClassCraft). También se pueden realizar juegos de charadas, o adaptar juegos comerciales como Taboo, donde los compañeros deben adivinar una palabra sin utilizar cuatro palabras tabú relacionadas, o Headbandz/Heads-Up!, donde un jugador sostiene una tarjeta en la frente y sus compañeros dan pistas para adivinar la palabra. Otros juegos que normalmente se basan en el rendimiento individual (por ejemplo, Jeopardy) también pueden modificarse para ser más colaborativos, utilizando grupos en lugar de individuos para cada jugador. Además, las pruebas grupales, en las que dos o más estudiantes trabajan juntos en la evaluación (a veces primero de manera individual y luego en parejas), han mostrado resultados prometedores (Gilley y Clarkston, 2014).

Encargado:

Nombre de la empresa: "Er viejito Ike"

Nombre y apellidos: Ike Sánchez

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Contactos:

ike@ikesanchez.es

erviejito@ikesanchez.com

lsandia@gobiernodecanarias.org

 

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